APARATO REPRODUCTOR FEMENINO

El aparato reproductor femenino consta de los órganos genitales externos y los órganos genitales internos. En ocasiones, las mamas se consideran parte del aparato reproductor. Sin embargo, otros órganos del cuerpo también afectan al desarrollo y al funcionamiento del aparato reproductor. Estos incluyen:
· El hipotálamo (un área del cerebro)
· La hipófisis (una glándula situada en la base del cerebro, justo debajo del hipotálamo)
· Las glándulas suprarrenales (localizadas en la parte superior de los riñones)

El hipotálamo coordina las interacciones que se producen entre los órganos genitales, la hipófisis (glándula pituitaria) y las glándulas suprarrenales para regular el aparato reproductor femenino. Estas estructuras interaccionan mediante la liberación de hormonas, que son mensajeros químicos que controlan y coordinan las actividades del organismo. El hipotálamo segrega la hormona liberadora de gonadotropina, la cual estimula la hipófisis para que produzca las hormonas luteinizante (lutropina) y foliculoestimulante.

Estas hormonas inducen en los ovarios la secreción de las hormonas sexuales femeninas, los estrógenos y la progesterona, así como la de algunas hormonas masculinas (andrógenos). Las hormonas sexuales masculinas tienen entre sus funciones estimular el crecimiento del vello púbico y axilar durante la pubertad, y mantener la masa muscular tanto en las niñas como en los niños. Después del parto, el hipotálamo emite señales a la hipófisis para que produzca prolactina, una hormona que estimula la producción de leche.

Las glándulas suprarrenales producen pequeñas cantidades de hormonas sexuales femeninas y masculinas.

ÓRGANOS GENITALES EXTERNOS FEMENINOS

Los órganos genitales externos son el monte de Venus, los labios mayores, los labios menores, las glándulas de Bartolino y el clítoris. La zona donde se encuentran estos órganos se denomina vulva.

Los órganos genitales externos tienen tres funciones principales:

· Permitir la entrada de espermatozoides en el organismo
· Proteger a los órganos genitales internos de agentes infecciosos
· Proporcionar placer sexual

El monte de Venus es una prominencia redondeada de tejido graso que cubre el hueso púbico. Durante la pubertad se recubre de vello. Contiene glándulas secretoras de tipo sebáceo que liberan unas sustancias (feromonas) que participan en la atracción sexual.

Los labios mayores son pliegues de tejido relativamente voluminosos y carnosos, que encierran y protegen el resto de los órganos genitales externos. Pueden equipararse al escroto de los hombres. Los labios mayores contienen glándulas sudoríparas y sebáceas, productoras ambas de secreciones lubricantes. Durante la pubertad, aparece vello en la superficie de los labios mayores.

Los labios menores pueden ser muy reducidos o llegar a medir hasta 5 cm de anchura. Se encuentran dentro de los labios mayores y rodean las aberturas de la vagina y la uretra. Su gran cantidad de vasos sanguíneos les confiere un color rosado. Durante la estimulación sexual, estos vasos sanguíneos se congestionan con sangre y ello provoca que los labios menores se hinchen y se vuelvan más sensibles a la estimulación.

Los labios mayores y el perineo están recubiertos de una piel similar a la del resto del organismo. Por el contrario, los labios menores están revestidos por una membrana mucosa, cuya superficie se mantiene húmeda debido al líquido secretado por células especializadas.La zona localizada entre la abertura de la vagina y el ano, por debajo de los labios mayores, se denomina perineo; su extensión varía de 2 a 5 cm.

La abertura de la vagina se denomina introito. El orificio vaginal es el lugar por donde penetra el pene durante el coito, y por donde sale la sangre durante la menstruación y el feto durante el parto.

Al ser estimuladas, las glándulas de Bartolino, que se encuentran a ambos lados de la abertura vaginal, secretan un líquido espeso que lubrica la vagina durante el coito.

El meato uretral (orificio que comunica la uretra con el exterior y a través del cual sale la orina desde la vejiga) está localizado encima y delante del introito vaginal.

El clítoris, que se encuentra en la unión superior de los labios menores, es una pequeña protuberancia que equivale al pene en el varón. Al igual que este, el clítoris es muy sensible a la estimulación sexual y puede experimentar una erección. Cuando se estimula el clítoris, se suele llegar al orgasmo.


ÓRGANOS GENITALES INTERNOS FEMENINOS

Los órganos genitales internos conforman una especie de trayecto (el tracto genital) que consta de las siguientes estructuras:

· La vagina (parte del canal del parto), donde se deposita el esperma y a través de la cual sale el feto
· El útero, donde se desarrolla el embrión y se convierte en feto
· Las trompas uterinas (trompas de Falopio, oviductos), donde los espermatozoides pueden fertilizar un óvulo
· Los ovarios, que producen y liberan óvulos

Los espermatozoides pueden recorrer todo el tracto genital en dirección ascendente, y los óvulos pueden hacerlo en sentido contrario.

El himen, una membrana mucosa, se encuentra al comienzo del tracto genital, justo dentro de la abertura de la vagina. En las mujeres vírgenes, el himen suele rodear el orificio como un anillo ajustado, y en ocasiones puede llegar a cubrirlo por completo. El himen contribuye a proteger el tracto genital, pero no es necesario para la salud. Puede desgarrarse en el primer intento de relaciones sexuales o también ser tan blando y flexible que no llegue a producirse desgarro alguno. El himen también puede rasgarse con algún esfuerzo o por la inserción de un tampón o un diafragma. Por lo general, el desgarro causa un leve sangrado. En las mujeres que han tenido relaciones sexuales, el himen puede pasar desapercibido o reducirse a unos pequeños residuos de tejido alrededor del introito vaginal.

Vagina

La vagina es un órgano en forma de tubo, muscular pero elástico, de aproximadamente 10 a 12 cm de longitud en una mujer adulta que conecta los órganos genitales externos con el útero. La vagina es el órgano sexual de las mujeres, el lugar donde se introduce el pene. Constituye el trayecto que siguen los espermatozoides hasta llegar al óvulo, así como el punto de salida del sangrado menstrual y del feto hacia el exterior.

Por lo general, las paredes de la vagina se encuentran en contacto permanente, sin espacio entre ellas, excepto cuando se distienden para abrirse, por ejemplo, durante las exploraciones ginecológicas, las relaciones sexuales o el parto. El tercio inferior de la vagina está rodeado de músculos elásticos que controlan el diámetro de su abertura. Estos músculos se contraen de manera rítmica e involuntaria durante el orgasmo.

La vagina está revestida por una membrana mucosa que se mantiene húmeda gracias a los líquidos producidos por las células que la recubren y a las secreciones de las glándulas localizadas en el cuello uterino (parte inferior del útero). Una pequeña parte de estos líquidos puede salir al exterior en forma de secreción o flujo vaginal transparente o de color blanco lechoso, que es normal. Durante los años de fertilidad, el revestimiento mucoso de la vagina tiene pliegues y arrugas, pero antes de la pubertad y después de la menopausia el revestimiento es liso.

Útero y cuello uterino

El útero es un órgano muscular grueso con forma de pera localizado en el centro de la pelvis, detrás de la vejiga y delante del recto. Se encuentra sujeto por varios ligamentos que lo mantienen en su posición. La principal función del útero consiste en contener el feto en desarrollo.
El útero está formado por:

· El cuello uterino (cérvix)
· El cuerpo principal (corpus)

El cuello uterino, parte inferior del útero, sobresale por el extremo superior de la vagina y puede verse en una exploración ginecológica. Al igual que la vagina, el cuello uterino está revestido por una membrana mucosa, pero lisa.

El esperma y la sangre menstrual entran y salen, respectivamente, a través de un canal existente en el cuello uterino (canal cervical). Aunque por lo general el canal cervical es estrecho, durante el parto se ensancha para permitir la salida del niño. El cuello uterino constituye, en general, una buena barrera contra las bacterias, salvo durante la menstruación, la ovulación (cuando los ovarios liberan un óvulo) y el parto. Las bacterias que causan enfermedades de transmisión sexual pueden penetrar en el útero a través del cuello uterino durante las relaciones sexuales.

El canal del cuello uterino está revestido por glándulas que segregan mucosidad. Esta mucosidad es espesa y los espermatozoides no pueden atravesarla hasta justo antes de la ovulación. Al ovular, la consistencia de la mucosidad cambia para que los espermatozoides puedan atravesarla y fertilizar el óvulo. En ese momento, las glándulas secretoras de mucosidad, localizadas en el cuello uterino, pueden almacenar espermatozoides vivos hasta unos 5 días, y a veces más tiempo. Más tarde, estos espermatozoides podrán ascender, cruzar el cuerpo uterino y entrar en las trompas de Falopio para fertilizar el óvulo. Casi todos los embarazos resultan de un coito realizado durante los 3 días anteriores a la ovulación. Sin embargo, a veces los embarazos se deben a un coito que se ha realizado hasta 6 días antes de la ovulación o durante los 3 días siguientes a la ovulación. En algunas mujeres, el tiempo entre el periodo menstrual y la ovulación varía de un mes a otro. Por lo tanto, el embarazo puede producirse en diferentes momentos del ciclo menstrual.

El cuerpo del útero, que es muy muscular, se estira para acomodar al feto en desarrollo. Sus paredes musculares se contraen durante el parto para empujar al niño a través del cuello uterino y la vagina. Durante los años de fertilidad, el cuerpo uterino dobla en longitud al cuello uterino. Después de la menopausia, sucede lo contrario.

Como parte del ciclo reproductivo de la mujer (que normalmente dura alrededor de 1 mes), el revestimiento interno del cuerpo uterino (endometrio) aumenta de espesor. Si no se produce un embarazo durante ese ciclo, la mayor parte del endometrio se desprende y tiene lugar una hemorragia, que constituye el periodo menstrual.

Trompas de Falopio

Las dos trompas uterinas (trompas de Falopio), que tienen una longitud aproximada de 10 a 13 cm, se extienden desde los bordes superiores del útero hasta los ovarios. Las trompas no están directamente conectadas a los ovarios, sino que el extremo de cada trompa está ensanchado y adopta una forma de embudo con prolongaciones digitiformes (fimbrias). Cuando un óvulo se libera del ovario, las fimbrias lo guían hacia el orificio, relativamente grande, de la trompa correspondiente.

El interior de las trompas uterinas está revestido por unas pequeñas proyecciones similares a pelos (cilios). Los cilios y los músculos de la pared de la trompa impulsan al óvulo en sentido descendente hacia el útero. La trompa de Falopio es el lugar habitual de fertilización del óvulo por el espermatozoide.

Ovarios

Los ovarios generalmente son de color perlado, forma oblonga y del tamaño de una nuez. Están unidos al útero mediante ligamentos. Además de producir hormonas sexuales femeninas ( estrógenos y progesterona) y masculinas, los ovarios producen y liberan óvulos. Los oocitos en desarrollo se hallan en unas cavidades llenas de líquido (folículos) en la pared de los ovarios. Cada folículo contiene un oocito.





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